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domingo, 12 de maio de 2013

Opinião: A moral na TV


Por Santiago Gómez, em Agência Paco Urondo da Argentina 
¿Cómo no se proyecta el programa de Coppola por la TV Pública? 
Tenemos que proyectar esa clase de programas, de interés masivo y con una excelente calidad, de imágenes, de edición, de cámaras. Estoy seguro que en la TV Pública o el Estado Nacional se enteraron del programa antes de que se emitiera por C5N. Ese programa nos hubiera dado muchísimo rating, aumentado la cantidad de personas a las que poder llegar, que te asocien a la alegría, la diversión. Coppola le pregunta a Galíndez qué tenía el agua, Galíndez se ríe y le dice “qué chico divino que sos vos, hacés cada pregunta”. Por lo visto Guillote cree que Diego necesita volver con él para poder convertirse en dirigente del Napoli. ¿Sino para qué anda preguntando cómo ven la posibilidad de Diego dirigente?
El programa convoca a los futboleros, y a los chimenteros, que son muchos y los programas de fútbol son la cría de esa mezcla. Los que consumen información para tener de qué hablar después, no para hacer algo con eso que consumen. Troglio, hoy Director Técnico, le confiesa al Guillote el paso del tiempo, que en Italia 90 puteo al árbitro, le gritó, lo pisó y apenas le pusieron una amarilla. Pedrito nos recuerda las veces que Monzón fue  a la pelota. Por la mitad de lo que se hizo en ese mundial, hoy el partido lo suspenden por los expulsados. Se mariconea más. ¿Qué técnico consigue hoy un arquero, como Pumpido, al que le pide que juegue tres minutos más, quebrado, mientras él calienta a Goyco y le dice “decime cuando estás, que entrás, sos el titular”? Galíndez puteó al arquero alemán, a Codesal, reclamándole el penal de Calderón, el ex presidente del Napoli dijo que para él la FIFA ya había decido quién no podía salir campeón. ¿Cómo no contamos este relato desde la TV Pública?
Las nuevas producciones audiovisuales del Estado son un cambio cualitativo, la calidad del trabajo, el cuidado en la imagen, los temas abordados, muy valiosos ellos. Pero sucede aún que ciertos temas no se abordan. Son valiosos los documentales de Nietzche, Alejandra Pizarnik, Atahualpa Yupanqui, pero para cuándo uno de Rodrigo o de Gilda. ¿No les parece interesante de contar la historia de Walter Olmos? ¿Por qué tanta  moral en la ficción, si justamente se trata de hacer ficción? ¿Por qué no hay un programa de cumbia cuando somos el único canal que llega a toda la Argentina? Eso me parecía muy valioso de Badía, llevaba a AIRBAG o los Rebelde Way a su programa, ya que si no es por la TV Pública en algunos lugares ese tipo de grupos no los podían ver tocar. Hay poco morocho y cuando los muestran lo hacen al modo del universitario, con mucho cuidado, tratando de ser respetuosos, y así no somos la mayoría. Se le da demasiada bola a la boludez de Francella, no se sostiene por ningún lado.
Escuché fundamentar que “Poné Francella” promueve la pedofilia  y el abuso infantil, con discurso “psi” hablando de Freud y la verdad del chiste, y decimos: una cosa es el chiste y otra lo cómico. Así como una cosa es decir y otra realizar, por eso Freud dijo “el perverso realiza lo que el neurótico fantasea”. Esto no se trata de que los sujetos anden fantaseando hacer lo que los perversos realizan ni porque lo fantaseen lo vayan a hacer. ¿Cómo se hace la ficción si no permitimos que uno fantasee con hacer algo que no haría? ¿O no se les ocurre separar la fantasía de lo sexual? ¿Reconocen que todas sus fantasías son sexuales? De ser así, no se habría armado el quilombo que se armó. Un psicoanalista inglés, Peter Bloss, contaba que el principal problema para los padres de adolescentes, es que su hija comienza a tener el cuerpo de las mujeres que mira, lo que no quiere decir que le haría algo a su hija o a la mujer de su hijo. ¿O no se puede reconocer la belleza de una adolescente? Cuando plantean que las mujeres son dueñas de su cuerpo, le pregunto a las mujeres ¿A qué edad una mujer pasa a ser dueña de su cuerpo y deja de ser propiedad de la madre y el padre?
Pusieron a Julieta Prandi, no como en Lolita a una criatura, y aunque así lo hubiese hecho, la pregunta es de qué me quiere hablar el autor, que me muestra eso. ¿Me muestra eso para hablarme de la pedofilia? ¿O me muestra eso para mostrar un tipo de 50, que tiene una hija de 17, y se encuentra con que las amigas están buenísimas y eso le genera un conflicto? ¿Por qué si a los 17 años podemos tener sexo y somos libres de nuestro cuerpo para eso, si es 17 con 17 está todo bien, pero si es 17 con 50, de golpe los 17 se hacen 8? Me parece que una moralina universitaria de clase media es la que impidió que el programa de Coppola se emita en la TV Pública y que después de conseguir 36 puntos de rating con Maravilla Martínez, atrás pusieran una película en blanco y negro.

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